—Eso intentaré… ¿No importa que no me acuerde de algunas cosas? —preguntó Frida mientras la cabeza le comenzaba a doler y las lágrimas seguían escurriendo por sus mejillas.
—¡No importa! Solo… No nos vuelvas a dejar…
Frida lloró contra la puerta hasta que cayó dormida y del otro lado la pequeña