—Oye… Lamento que tu esposo sea un hijo de puta, pero no puedes tratar de esa forma a todas las mujeres con las que se revuelque. ¿Estás consciente que la culpabilidad no recae solo en ellas? —dijo Marco una vez que alejó a la chica y posó sus manos en los hombros de Frida.
—No sé quién eres y no