—¿Dónde está Jake? ¡Quiero ver a mis hijas! —Le costaba distinguir entre la verdad y la mentira. Sus recuerdos eran difusos y las palabras de la enfermera la mareaban.
—¡Señorita Frida! —exclamó la sirvienta al entrar a la habitación—. ¡Despertó!
—¿Lorena?
—Aún se acuerda de mí, ¡qué gusto! —dij