Nicole no quería perder tiempo. Después de llamar al Pequeño Michael, tomó la bolsa en sus manos, lo agarró y se alejó.

La maestra y Max se quedaron atrás con los ojos sorprendidos.

El Pequeño Michael vio a la mujer gordita de mediana edad que seguía lamentándose en el suelo y se sorprendió.

“¿Cómo se cayó por las escaleras?”.

La mujer gordita se congeló por un momento y levantó la mirada para encontrarse con la de Nicole, fría e intimidante.

Se estremeció un poco.

Inexplicablemente, entró en pánico.

Nicole sonrió, se dio la vuelta para mirar al Pequeño Michael y le explicó con mucha paciencia:

“Ella pensaba que tu lesión no era tan dolorosa, así que quería sentirla ella misma”.

“¡Ah, es tan tonta!”.

…

Los dos salieron del hospital y subieron al coche antes de que Nicole se diera cuenta de que su teléfono estaba sonando.

Era Clayton.

El Pequeño Michael lo silenció.

Nicole lo miró y sonrió antes de contestar la llamada.

“Señor Sloan, ¿ya aterrizó tu avión?”.

Clayton se r