Eryx DeCostello
New York
Sería solo cuestión de poner a Michelle en su lugar, que respetara que ya su tiempo había pasado y que por nada en este mundo regresaría con ella.
–Claro que sí, mi amor, también te amo. Nos vemos mañana en la empresa – Me dijo ella de manera casual – Bueno en caso de que no puedas ir a correr.
–Está bien Ava, nos vemos mañana, te amo.
Ella me acompañó a la puerta de su habitación dónde nos despedimos de un apasionado y muy intenso beso. Lástima que lo otro no podía esperar, porque con gusto me quedaría.
–Te amo Eryx, hasta mañana mi dios griego – Me sonrió con esa sonrisa que me encantaba.
–Hasta mañana mi hermosa morena, mi mujer maravilla – Respondí yo.
Me fui caminando por el pasillo del hotel y tomé el ascensor, dejando atrás a mi Ava y lleno de coraje por tener que hacerlo. Me regresé en la limusina, que me estaba esperando, aunque la distancia no era muy larga el vehículo debía permanecer a la empresa y subí al departamento tenía mucho que pensar y lo q