Luca se dio cuenta de que Isla era mucho más lista que su madre.

Al menos hasta ahora, ella había sido la primera en captar sus verdaderas intenciones al venir hasta allí.

—Isla, ¿no quieres que alguien cuide de tu mamá, la ame y también cuide de ti? —preguntó.

—Tío, ¿quieres ser tú esa persona? —replicó ella.

Luca, tentado por la perspectiva de “beneficios”, admitió rápidamente:
—Sí…

Luego se dio cuenta de que un niño de jardín de infantes lo había llevado con éxito a una conversación, y en lugar de enojarse, se sinti&oac