La sonrisa de Valeria se borró.
—¿Por qué tanta prisa? Aún no terminamos, te pedí que la siguieras vigilando.
—Luego vemos lo del dinero, eso es lo de menos. Al verla de esa manera, el detective no tuvo más remedio que seguir trabajando para ella. Lo pensó con cuidado. Ella no parecía del tipo que no paga. Después de todo, lo necesitaba como su herramienta, así que seguro lo aprovecharía bien. Deshacerse de él ahora sería contraproducente.
—Está bien, si pagas después, pues después.
—Acuérdate de vigilar a Sofía. Con lo demás, no hagas nada todavía.
Valeria se lo recalcó varias veces, preocupada de que el detective particular no hiciera bien su trabajo.
—Tranquila, hemos trabajado juntos muchas veces, ya sé cómo va esto.
Precisamente porque sabía cómo era Valeria, no creía que fuera a dejarle de pagar.
***
—Si tienes algo que decir, dilo de una vez.
Dijo Alejandro con impaciencia. Llevaba un rato viendo a Raúl caminar de un lado a otro frente a él, suspirando una y otra vez. No sabía q