—Y así todos ganan, adultos y niños. Es la mejor vida, volver a lo sencillo, ¿no?
Al escucharlo, a Sofía se le iluminó la mirada.
—¡Tienes toda la razón!
Mateo no comentó nada al respecto; sabía perfectamente qué tipo de diseños le gustaban a ella.
Este, en particular, era el que más se acercaba a la vida cotidiana.
Por eso, estaba seguro de que a ella le encantaría.
—Perfecto, le mostraré este diseño a la directora.
Sofía lo miró con admiración.
«Es muy talentoso… Inmobiliaria Panorama tiene que conservarlo», pensó. «Mi madre tiene razón, no podemos dejar que se vaya».
Continuaron charlando sobre otras ideas de diseño y, cuanto más profundizaban, mayor era la admiración que ella sentía por él.
Mateo también se sentía muy a gusto.
Hacía mucho tiempo que no encontraba a alguien con quien congeniara tanto.
Por no decir otra cosa, las personas capaces de seguir su tren de pensamiento eran contadas.
Pero Sofía era diferente; conversar con ella era como si su mente se expandiera por complet