92: Un inicio sin final.
Elian.
—Abre, no vengo a cumplir con mi promesa.
Es Sebastian.
Aun así, busco aquella arma que usé para noquearlo en la finca para esconderla detrás de mi espalda antes de que lo deje entrar.
—No he sido muy discreto que digamos —expreso.
—Tampoco te ha importado mi amenaza, soldado Davis.
—¿Te sigue el guardaespaldas de Baker porque no quieres ensuciarte las manos tú?
Sebastian observa toda mi habitación y niega con severidad.
—Solo vine a entregarte esto. —Me extiende una carta, y también una bolsa de papel.
Es la bola de cristal que le regalé a mi chica. Y tengo que tomar asiento después de guardar el arma entre mi pantalón para poder asimilar esto.
—¿Cómo está?
—Entre todo… feliz por tener a su hermano.
—¿Y ese... tu jefe?
—No ha querido hablarle, ni siquiera verla desde ayer. Se está...
—¿Conteniendo para no herirla más? —Suelto una risa agria mientras veo fijamente el papel en mis manos—. Ambos sabemos, ambos lo sabemos... —suspiro—. Puede matarla.
Trago hondo tras