35: Ese olor en su piel.
Darwin.
—Jefe, ¿se encuentra bien? —La lejanía de la voz de Mylo no me saca de la escena perturbadora que sigue en mi mente, y que me hace sentir enfermo—. Jefe, voy a detener el auto si no responde. No lo voy a arriesgar, si usted viera las condiciones en las que está…
—Haz tu trabajo Mylo.
Mylo hace una mueca desde el retrovisor, y tomo mi teléfono perdiéndome en la lista de personas con las cuales tengo citas programadas, el doctor Sullivan es uno; no le he escrito desde que comencé a tomar lo que me mandó para desintoxicar mi cuerpo tras el envenenamiento. Sigo yendo hasta abajo, quizás buscando algo que realmente me distraiga y me sorprendo al ver que dentro de poco tengo una cita programada con Ronett, y la verdad no recuerdo haberla colocado allí, más porque no tengo razones para sentarme a entablar una conversación con esa chica.
—Hemos llegado, señor Baker.
Ni siquiera le respondo a Mylo, solo le hago una seña mientras con una mano me a