10. Desafiando al jefe
Le estaba dejando claras sus intenciones, y dejo la decisión sobre la mesa.
Él no planeaba casarse con una chica como ella y mucho menos iniciar una relación. No quería nada duradero, parecía saber lo que quería y a qué tipo de mujer, ella no entraba en esos estándares.
—¿Entonces solamente tienes citas? —se armó de valor para preguntar por fin.
Él asintió. La miró a los ojos fijamente.
—Exactamente.
—Me parece... interesante —respondió sin revelar sus verdaderos pensamientos.
El resto de la noche charlaron sobre ellos, y ella estuvo encantada de aprender más sobre él. De hecho Cecile y Nikolo fueron un rato con ellos a charlar en lo que no habían tantos clientes y rieron bastante sobre sus anécdotas. Encontró agradable la velada a pesar de lo agridulce de las respuesta de Alistaír. Después se dieron cuenta de que era muy tarde, se despidieron y fueron al automóvil para regresar al hotel.
Cuando llegaron al frente del hotel, Esmeralda se giró. Era ridículo, pero se sentía asustada, má