30. Dominar a la bestia.
Kamila.
Estaba demasiado nerviosa. Solo esperaba no tener problemas por lo que sucedió en el restaurante con Víktor. Sentirlo de nuevo era revivir aquellos momento. Se que jamas podre olvidarlo, pero sin embargo el pronto se casara. Por otro lado, no vi a Lorenzo por la noche, al final, ni me importaba; lo único que supe era que Lorenzo había entrado a la casa de madrugada. Lo que más deseo es tenerlo lejos de mí. Muero porque se aleje.
Agradezco al médico que le dijera que no puedo estar con él. Esa es, sin duda, la mejor noticia que he recibido en mucho tiempo, porque ese hombre me repugna, me provoca náuseas, asco y miedo. No soporto su presencia, y mucho menos su mirada. Por fortuna no comparte mi cama, porque de ser así, sería un infierno aún peor.
El único hombre que deseo, irónicamente, es aquel que pensé que odiaría para siempre: Víktor. Por su comportamiento, por su carácter, creí que mi vida a su lado sería una condena, y sin embargo, sentirlo cerca despierta en mí una fuerz