—¡Te acompaño! — Silvio se levantó al instante.
Elena, noto que Aurora parecía estar a punto de ponerse brava de nuevo, así que rápidamente dijo: —No hace falta, yo voy en coche. Recuerdo muy bien que hay un supermercado cerca del vecindario. Voy a darle un vistazo, no me llevará mucho tiempo.
En los primeros tres años desde que se había casado, Elena no había salido con mucha frecuencia. A veces iba con Carmen a comprar comida, pero Carmen no se atrevía a llevarla al centro de la ciudad, así que solían ir mejor a ese supermercado de productos frescos.
El supermercado no era muy grande, por lo tanto, su clientela principal eran los residentes del vecindario. Sin embargo, los productos eran bastante frescos, y como la gente que vivía cerca tenía dinero, los precios eran un poco más altos que en los supermercados grandes.
Pensando que madre e hijo probablemente aún tenían ciertas cosas que decirse, Elena se tomó el tiempo necesario y compró comida para varios días.
Cuando regresó, los do