A la hora de su almuerzo, Ivania recorrió el barrio de la panadería buscando una habitación para alquilar, mientras repasaba la noche en que Doña Hortensia la sacó.
Regresaba de donde la señora Laura, después de haber recogido a Antonella y cuando llegó a la casa, Doña Hortensia la estaba esperando.
—¿Todavía tiene a esa bebé que no es suya?
—Doña Hortensia, no quiero tener que pelear con usted. Ya estoy buscando otro lugar, pero mientras tanto, tiene que recibirme —contestó Ivania, preparada para confrontar a la casera.
—No, niña, ahora mismo tiene que irse. Ayer se venció la quincena y, por tanto, hoy ya no pued