Cuando Helena sintió esos labios presionando contra los suyos, su lengua tratando de forzar su entrada en su boca... su cuerpo reaccionó ferozmente.

Helena lo pateó en sus partes íntimas con todas sus fuerzas, haciéndolo tropezar hacia atrás con las manos en sus partes, con expresión de dolor.

Helena no retrocedió por temor a las consecuencias de lo que acababa de hacer, había pasado todos esos días en su habitación encerrada y asustada, tenía que guardar algo de orgullo dentro de ella y mostrar algo de coraje.

Lance respiró hondo durante varios minutos, se inclinó por el dolor, después de un rato se puso de pie y miró a Helena, su mirada fija en su rostro, luego bajó lentamente a sus labios.

"No pude resistirme, sabes tan bien y tienes el rostro más hermoso que he visto en mi vida", pronunció Lance sin remordimientos.

Cuando Helena vio una sonrisa cínica en sus labios, lo odió, profundamente, si se veía a sí misma matándolo. El odio que tenía en su interior la sofocó por completo.

-