*—Sebastián:
Abrió los ojos y se quedó mirando el desconocido techo sobre él con confusión.
¿Dónde mierda estaba?
Alzó un brazo y se talló los ojos. La luz de la mañana entraba por las ventanas de cristal de la habitación, molestándole en estos. Le dolía la cabeza y tenía mucha hambre.
Lentamente se sentó en la cama y cuando barrió la mirada por la habitación, recordó donde estaba. La casa de Callen, en su cuarto y sobre su cama.
Sebastián sonrió al recordar lo bien que había dormido sobre esta. El único problema fue que haber tomado de más y vomitar, le había dado un dolor de cabeza y dolor de estómago. Tenía que comer algo y claro, hablar con Callen.
Extendió la mano hacia la mesita de noche al lado de la cama para tomar sus gafas.