Khan observa desde la ventana del jeep como un niño pequeño, nunca había salido del páramo y ver cosas nuevas es algo majestuoso ante sus ojos.
—Te vas a marear, —regaña su madre.
—Ni que fuera un nene, —suelta en automático—Es mi primera vez en el mundo exterior, —le recuerda.
—Lo sé y puedo sentir lo emocionado que te encuentras.
—Estoy emocionado, ¿falta mucho para llegar? —interroga.
—Veintiocho kilómetros, —responde Nicolás.
—Extrañaré al abuelo y Marcela, —anuncia.
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