Nadie merece a una madre como ella.
—Entonces, ¿estás dispuesto a casarte con mi hija? —el Rey preguntó con impaciencia. Draken suspiro. Cómo deseaba poder matar a este hijo de puta de rey, pero luego su hija sufriría más y Alonso se haría cargo del reino. Todo estaba jodido de mierda.
—No —dijo Draken y una mueca de ofensa estropeó el rostro del Rey.
Antes de que pudiera decir algo, escucharon una conmoción en el exterior y las puertas gigantes del salón se abrieron de golpe y allí estaba Rasmus.
Parecía enojado. Sus ojos se encontraron con los de Draken por un segundo antes de mirar al Rey y entrar.
La atmósfera de la sala cambió severamente. Rasmus caminó como el maldito rey del mundo. Sus hombros estaban cuadrados y su pecho hinchado mientras sus ojos de jade se mantenían enfocados en el Rey que lo observaba en un silencio sepulcral.
El aura Alfa de Draken era demasiado para los guardias y ahora había otro Alfa poderoso en el mismo salón.
Era obvio como el dia que si ambos querían, podían acabar con el Rey Alfa en s