[ARI]

—¿Estás segura?

Los miré por un momento a todos antes de responder.

—¿De qué era Elena? Pues nadie más tiene esa voz chillona.

—Tiene un punto.

—¡No, Tyler, mis aretes no!

Estábamos en medio de una reunión familiar de emergencia en la desordenada sala de mi casa. Las luces estaban apagadas y lo único que iluminaba el interior era una pequeña fogata, recién puesta en la chimenea.

Daniel estaba pensativo en una esquina de la habitación, sin decir absolutamente nada; papá estaba a mi lado, rodeándome con un brazo para brindarme un poco de apoyo, Difer luchaba con un inquieto Tyler y su nueva curiosidad por las cosas brillantes, y Dante trataba de reparar el teléfono de Daniel, con sus conocimientos tecnológicos.

—Vale, ya he logrado sacarle el chip —Le dio una mirada tosca a Daniel, que solo se limitó a decir que sí al aire —. El teléfono no sobrevivió, lo siento.

Pero él no le respondió.

—¿Y no dijo nada más? —Difer bufó, dándole un juguete con forma de abeja a Tyler.

—Lancé el te