Capítulo 13. Ayuda a la víbora
[ARI]
—¿Estás segura? —preguntaba Difer, siguiéndome por detrás con dos bolsas negras en sus manos. Me estaba ayudando a sacar la basura del restaurante —. Piensas mudarte a Massachusetts solo porque esas víboras te lo ordenaron.
—No me lo ordenaron —moderé mi tono de voz —. Es que quiero mi espacio y, después de lo que pasó con Chad, es mejor así ¿Sabes?.
La morena asintió, aunque no muy convencida.
—¿Y has hablado con él? Lo cierto es que no parecía un imbécil cuando estaba contigo. Hasta casi me convencí de que era real.
—Ese era su trabajo —sacudí mis manos y las llevé a mi cintura, mirando con cansancio el asfalto de aquel solitario callejón —. Al final me di cuenta de lo bueno de todo esto.
—¿Tiene algo bueno?
—¡Claro! No me escapé con él. Además, tengo que ser honesta contigo. Hace un tiempo me preguntaste si lo quería y la verdad es que le tenía aprecio y llegué a pensar que sí. Pero nunca pude decirle que lo amaba. No podía. Mis palabras se atoraron en mi boca cuando hi