Capítulo 118. Incontrolables deseos
Tus mejores virtudes se reflejan siempre, ante tus peores obstáculos. Eso decía papá cuando llegaba triste a la casa, después de haber comenzado mi técnico en enfermería y algunas veces fallar en la carrera o sentirme como un fiasco de madre.
Mis notas tardaron un poco en subir entre el primer y el segundo semestre. A veces sentía que el desvelo me mataba y si a eso se le atribuía mi maternidad, todo se volvía más dificultoso. En ocasiones Tyler lloraba demasiado y yo no sabía qué hacer. Me auto reprochaba que si hubiera seguido estudiando medicina, lo sabría. Como enfermera era muy difícil diagnosticar algo. Me reprochaba el hecho de ponerme a llorar después de lograr calmarlo, porque hacía que la abuela viajara más de quince kilómetros para ayudarme, porque papá todavía estaba un poco mal y también necesitaba cuidarlo.
Cuando se enfermaron los dos, fueron Difer y Dante quienes me auxiliaron.
Muchas veces tuve ganas de tirar la toalla. Después, pensaba que era bajones emocionales y l