Will James
Cuando llego a casa, me sorprende no encontrar a Ana en la cama, es tarde, reviso mi teléfono y le marco y me manda al buzón de mensajes.
— ¿Dónde está Ana?— Les pregunto a sus guardaespaldas y ellos bajan la cabeza.
—Esta tarde dijo que quería algo de privacidad y que ella se sabía cuidar sola. — Me dice el encargado de su seguridad y lanzo una maldición.
—Si le pasa algo malo, tú eres responsable. — Le digo señalándolo directamente, se me pasa la borrachera de una vez, no lo sé pero siento que algo no está bien.
—Ella siempre hace este tipo de cosas y es una agente especial, sabe cuidarse. —Se justifica.
—Te pago para que la cuides, se perfectamente cuáles son sus capacidades, no tienes que recordármelas. — Le digo entre dientes.
Me doy un baño con agua helada, y me acuesto en mi cama, es la una de la mañana, me da pena llamar a su madre a esta hora pero lo hare.
—Buenas noches. — Saludo a la señora.
— ¡Hasta que te das cuenta que mi hija no está allá!— Me dice en voz alt