Parte 2...
— ¡Uau! - negué con la cabeza — Qué sorpresa. Tienes otro lado.
— Solo que tú no confías en mí, Adriano – mordió el melón — Evité hablar de dinero o de tu herencia. Yo era el amante común que solo ve las cualidades del amado. Creo que hasta me invente algunas que ni tu tienes - se rio
— Gracias por la ayuda - la miré con cariño — De verdad.
— Está bien – se encogió de hombros — Tú también me estás ayudando mucho. Mucho más que yo a ti. El dinero que me pagaste ya me ha ayudado mucho.
— ¿Qué quieres hacer hoy?
— No sé, nunca tuve tiempo de sobra. Siempre he estado muy ocupado.
— Entonces yo decido lo que vamos a hacer - sonríe.
— Ok, pero sea lo que sea, voy a ver a Emilia primero.
— Claro que lo sé – suspiré presionando mis labios — Lamento todo lo que has pasado. No tenía idea de que tu vida fuera tan difícil. Me impresionó su fuerza y la de ella. Eres una mujer increíble.
— Todo el mundo tiene algo malo en la vida. Simplemente no le dije a nadie porque no quiero lástim