Parte 1...
*Después de una hora, Bianca detuvo el coche y lo miró con desprecio. Adriano ya le había gritado varias veces mientras intentaba conducir por uno de los carriles más apartados del parque. Estuvo a punto de chocar con una roca más grande cuando él gritó y sujetó el volante con fuerza.
Empezó a enseñarle tranquilamente a cambiar de marcha y a controlar el coche, pero poco después empezó a hablar sin parar y a quejarse. Parecía nervioso.
— Basta, Adriano - ella golpeó el volante — Eres un pésimo profesor.
— No, no lo soy. Tú eres el que está mal.
— Es la primera vez que me siento en el asiento del conductor",- ella se quejó — ¿Cómo puedo conducir si no dejas de hablar todo el tiempo? Parece que no quieres que aprenda a conducir.
— No estás prestando atención"- dijo irritado.
— ¿A quién, Adriano? ¿A las moscas o las hojas en medio del camino?
— La traje aquí porque es menos peligroso.
— ¡Exactamente! No hay nadie allí"- dijo en voz alta. — Me asustas, me desconcentras, me pone