Capítulo 115
Narra Micaela...
Habían pasado dos semanas desde que Mark se fue y yo intentaba adaptarme a mi vida de casada.
Siempre sacaba excusas para que Mercurio no me tocará, y lo había logrado estás dos semanas, no habíamos hecho aún el amor.
Era muy difícil para mí, los besos de Mercurio ya no me derretían como antes, cuando el era mi universo, No me hacían temblar, no me aceleraban el corazón como si lo hacían los de Mark, el lobo que me enseñó lo que era el amor.
Yo solo cerraba los ojos e intentaba fingir, concentrarme para dejar que el me tocará, era mi esposo y sabía uw tarde o temprano tenía que entregarme de verdad, Pero cuando lo intentaba, me levanta e inventaba que me dolía la cabeza.
Esa noche, él se metió a la cama conmigo, intenté hacerme la dormida, Pero empezó con sus besos en mi mejilla.
Me acarició despacio, empezó a besar mi cuello, mientras me acercaba más a el, me puso boca arriba, siguió besandome y yo solo era un títere en sus manos.
Luego bajó a mis pecho