-mi señora. Todas las armas están listas.
-¿las pelirrojas ya bebieron la fórmula de mutación que preparaste?
-si mi señora, han reaccionado al producto como predijimos y están sedadas debido a su alteración. El efecto pasará cuando estemos atacando y se unirán a la pelea.
-¿cómo sabrá a quién atacar?
-el suero tiene los químicos adecuados y en su sangre está el código genético que le hace reconocer a sus iguales, es decir a nosotros, por lo atacará a lo desconocido.
-bien... cuando acabe la batalla. Mátalas.
-p-pero señora, esto es una creación exclusiva... ellas se volvieron una nueva especie, perfectas armas para matar.
-¿y quieres que dejemos vivas a las mutaciones genéticas que creaste? No, si consiguen modificar tu experimento podríamos ser nosotros a quienes quieran atacar. Y no usaran nuestras armas en contra nuestra.
-señora, por favor reconsiderel--
-yo no recuerdo haberte pedido de favor esto, es una orden. Así que obedece.
Bajando la cabeza derrotado, asintió sin ganas.