-mi Reina, la cabeza del soldado fue entregada a su familia.
Ella estaba mirando por la ventana de su oficina, cuando llegaron 3 hombres con información.
-¿lloraron?
-la esposa estaba molesta y su pequeña hija lloró con todo y gritos.
El informante bufó molesto.
-ese engendro gritó y hasta golpeó a uno de mis ayudantes.
Ella lo miró sobre el hombro, y el afectado estaba a su lado con el rostro hinchado en el lateral izquierdo.
-tienes a un inútil contigo, que tanta utilidad puede brindar a mis filas si es golpeado a ese grado por una niña.
El mencionado bajo la cabeza avergonzado.
-entrena a tus muchachos, tienen muy malos reflejos al parecer.
-si, mi Reina.
-bien, lárgate entonces.
El trío de hombres hicieron reverencia y salieron de la habitación, dejando sola a la mujer.
En su cabeza trabajaban a toda máquina los engranajes, debía encontrar una forma de debilitar los aún más, aunque tenga la ventaja, todo puede salir mal si es bien calculado, y no está dispuesta a cometer errores.