Capítulo 10: Mis dos cachorros machos.
✧✧✧ Un día más tarde. En la manada de Fuerza Aguerrida. ✧✧✧
La luna llena bañaba con su resplandor de plata el bosque denso que rodeaba la mansión del Rey Alfa.
Los frondosos árboles altos se mecían con el viento nocturno y bajo ellos había un sendero empedrado que estaba iluminado por antorchas clavadas en el suelo.
Las barandas de madera en los costados del camino estaban talladas con figuras de lobos que parecían observar todo con ojos de guardianes.
Más abajo, tras unos portones dobles de madera oscura reforzada con hierro, se abría la laguna termal.
El agua, de un verde profundo, exhalaba un vapor que cubría la superficie ligeramente.
Y ahí… en medio de la laguna, sobre una plataforma rocosa construida como un altar, estaba sentado ese macho:
El Rey Alfa Raymond.
Alto, imponente, de cuerpo duro y perfecto, sin una sola cicatriz que contara las guerras que había librado. Su sola presencia imponía, como si la luna lo hubiera escogido a él para gobernar sobre todo