CAPÍTULO 80
Los ojos de Matthew se deslizaron lentamente por la figura de la loba que tenía frente a él.
Había algo en su presencia que lo descolocaba. Su cabello negro, oscuro como la noche, resaltaba su rostro, Sus ojos verdes tenían una intensidad que brillaba en su mirada, y su manera de respirar dejaba una energía extraña flotando en el aire. Una especie de atracción salvaje, peligrosa… sensual y excitante.
—Supongo que eres la hija del nuevo Alfa de Sun —logró decir, intentando recuperar el control de sus sentidos, y manteniendo la calma.
Había algo más. No solo era su presencia, sino un olor sutil que empezaba a revolverle el pecho. Su instinto despertaba, sin que pudiera frenarlo.
—Así es. Y probablemente también quien herede su lugar —respondió ella con una seguridad que lo desconcertó aún más. Su voz era firme, decidida. Casi desafiante, ella era diferente.
Matthew sostuvo su mirada. Había fuerza en esa loba. Una fuerza magnética que lo hacía mirarla insistente.
—¿Una Alfa