Maddy entró a la habitación de los niños y el escándalo era mayúsculo.
–Mami, por favor, alimenta a esas criaturas, tienen rato llorando –pidió Bayron con las manos en sus oídos.
–Lo sé, lo sé, me disculpo, se me fue el tiempo con Sienna, pero ya estoy aquí y me haré cargo –dijo Maddy al tiempo de comenzar a prepararse para ordeñarse y distribuir la leche entre los cuatrillizos, afortunadamente tenía bastante para todos.
–Mami, ¿tú también nos diste tu leche a nosotros? –preguntó Gerald.
–No mi amor, como no salieron de mi vientre no