El embarazo de Maddy iba muy bien, su belleza natural resaltaba, su piel estaba brillante y su abultado vientre se le veía muy hermoso; se maquilló, peinó y vistió haciendo resaltar sus lindos rasgos; llegó temprano a la aerolínea para pasar a saludar a Johana, de allí fue directamente a la oficina de su esposo, donde fue recibida por una despampanante secretaria.
–Buenas tardes –saludó acercándose a su escritorio.
–Buenas tardes, ¿en qué puedo servirle?
–El señor Renán Viteri, ¿estará ocupado?, quisiera visitarlo.
–El señor Viteri no recibe visitas no