C172-APUESTAS DEMASIADO ALTAS.
C172-APUESTAS DEMASIADO ALTAS.
Adriano abrió la puerta de la habitación con un movimiento lento, casi temeroso. El aire estaba impregnado de un silencio pesado, roto solo por el suave pitido de las máquinas que mantenían a Alessandro con vida. Allí estaba su hermano, inmóvil, atrapado en un sueño profundo del que nadie sabía si despertaría. Adriano sintió cómo la culpa se le enroscaba en el pecho, apretándolo como un puño invisible.
Se acercó a la cama y se sentó en la silla junto a su hermano. Y por un momento, solo lo observó. Alessandro parecía tan frágil, tan distinto al hombre lleno de vida que recordaba, apretó los puños, y su mandíbula se tensó mientras las palabras comenzaban a salir de su boca, llenas de culpa y dolor.
—Hermano... lo siento. —Su voz se quebró, y cerró los ojos con fuerza, intentando contener las lágrimas—. No supe protegerte. No supe proteger a nadie. Y solo fui un egoísta que… que pensé en mi felicidad. ―abrió los ojos y sus ojos estaban rojos por las lágrima