Cap. 121:  CONFESIÓN

Cap. 121: CONFESIÓN

Al separarse Brizna corrió a abrazar a Isabel y a Ricardo y luego a Mara para seguir con sus padres a modo fugaz.

—Nos vemos pronto, cuídense en su viaje de regreso y no dejen de llamarnos…—les dijo Brizna.

—Eres la hija, eres tú la que debe llamar.

—Papá, ¿tuviste tiempo de llamar a alguien en tu luna de miel?

Arruti abrió su boca para regañar, pero luego se puso rojo y soltó la risotada.

Ricardo e Isabel despidieron a los invitados, Mara estaba dirigiendo a las señoras en el reordenamiento y limpieza de la villa.

Isabel se sentó con Ricardo en el bar a tomar una copa.

—Ricardo, Mara le quitó el velo a Azahara y sé es Eneida…

—Sí, ya lo sé.

—Mara te lo contó.

Ricardo se quedó mirando a la nada.

—La mirada de Eneida para conmigo es muy específica.

—¿Al fin te diste cuenta?

Ricardo se volvió a mirarla.

—¿Tú ya la reconocías?

—Siempre… Puedes preguntar a Brizna, se lo comenté a ella el día siguiente que entré a tu casa como tu esposa.

—Yo la vi siempre como mi
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