Alexa vio al niño quien la miraba con una mezcla de sorpresa, con sus ojos fijos en ella como si quisiera escudriñar en su mente, ella sonrió y se acuclilló frente a él.
—Me estás mirando como si me conocieras o como si yo fuese un fantasma ¿Por qué? —el niño extendió su mano y acarició su rostro con suavidad.
—¿Tú eres mi mamá? ¿Volviste como mamá Amalia volvió a sus hijos? ¿Te sepultaron estando viva? —preguntaba el niño emocionado—¿Eres Katrina Vania, mi mamá?
Alexa lo miró extrañada, no tenía idea de las palabras de ese niño y por un momento sintió un leve temor que fue creciendo a pasos agigantados en su interior y se levantó.
—No sé de qué me estás hablando pequeño, pero estás equivocado, me es