—No Lía, por favor no has escuchado del todo bien… déjame explicarte, no tomes decisiones precipitadas… —mencionó Zeus, ella negó con la cabeza.
—No vas a convencerme de lo contrario, ¿Cómo voy a privar a un niño de sus padres? Yo viví mis primeros años de vida sin mi madre y fue doloroso, ¿Cómo voy a producir ese dolor en otro niño?—¡No tiene por qué ser así! Yo velaré por mi hijo, le daré todo lo necesario, sin embargo, no puedo casarme con Fedora porque no la amo, te amo a ti… por favor no vuelvas a alejarme —suplicó Zeus, mirándola con tristeza.—Lo siento Zeus, no te voy a escuchar —se giró para irse, no había dado ni siquiera dos pasos cuando volvió a oír la voz molesta del chico.—Ese es tu problema Lía, ¡Eres u