Alexander sin dejar de observarme a mis ojos repitió la pregunta en voz baja
—Danko, ¿me estás escuchando? Espera... ¿qué miras con tanta atención?
Se dio vuelta de improviso y creo que se chocó con la mirada de Annia que no tuvo tiempo de cerrar la boca que se sorprendió bajando la mirada y diciendo
—Per... miso, voy a recoger mis cosas
Un poco más y se va corriendo, Alexander volvió a mirarme ya en forma pícara me dio un golpecito en el pecho musitando
—¡Danko!, ¿acaso ibas a hacer algo sucio con esa beldad?
Yo solo le respondí sorprendido porque no tenía planes con ella
—N... no, yo estaba acá abajo es porque...
Recordé lo acontecido y le acoté
—Alexander, debo contarte algo, pasó algo terrible en mi oficina, vamos para contártelo
Subimos en el ascensor nosotros solos, Alexander me apegó contra la pared para besarme y yo le correspondí el beso, pues estaba muy seguro de que teníamos tiempo para hacerlo, cuando las puertas se abrieron apenas tuvimos tiempo de soltarnos, pues, Annia e