NARRA ALEXANDER
La expresión de Danko al oír que le daba permiso a Kuki de hacer sus jueguitos sexuales con ella, era de incredulidad, estaba con la boca abierta, no pude evitar de reírme a sus costillas.
—¿Qué pasa mi amor? ¿Por qué pones esa cara?
Él vira su cabeza un poco para ahora mirarme y exclamo titubeante.
—¿E... ¿Es cierto, lo... que dijiste? Porque tú... ehm, tú eres muy celoso y posesivo conmigo. Acaso... ¿esto es una broma?
Me rei como poseso para decir alegre mientras lo abrazaba.
—Mi amor, me percaté de que te asustaste cuando viste a Kiara. Te lo guardaste muy bien, pero, te conozco. A pesar de que ella no reclamó nada, por dentro te quedaste con los nervios en punta y... que mejor que relajarte con una sesión de sexo furry y con una maestra como Kuki.
Me observaba fijamente sin poder creer en mis palabras, tuve que asegurarle de que todo era cierto, además de decirle todo amoroso.
—Te amo. Por eso quiero que aproveches lo que te va a dar Kuki. Hoy en la noche iré a do