Después de dejar a Montse en el banco decidí ir al hospital, ahí tengo un amigo y sé que puedo confiar en él para hacer la prueba de ADN.
—Gabriel, hombre tanto tiempo. — dice al verme.
—Hector amigo, ¿Cómo estás?
—Bien, muy bien, y tú qué me cuentas ¿qué te trae por aquí?
—Quiero pedirte un gran favor.
—¡Claro!, dime ¿para qué soy bueno?.
—Quiero que te encargues de hacer un ADN a un niño que se supone que es mi hijo.
—¿En serio? Wao amigo eso es nuevo para mí.
—Sí, y para mí también, yo todavía estoy en shock por la noticia de un hijo, pero quiero saber si en verdad es mío y no quiero que me jueguen sucio tu entiendes ¿verdad?
—Claro amigo, y por supuesto puedes confiar e