Un hombre atractivo, apuesto, varonil y viril.
—Oh… —Estaba entrando a un terreno delicado e íntimo, aun así… —. ¿Y eso se debe a que tiene un gusto peculiar por las mujeres rubias y jóvenes?
—Sería un hipócrita negar que en parte se debe a eso. —Y, de pronto, ya no quería saber más. Él acababa de confirmar sus gustos por las mujeres jóvenes, pero rubias. Ella no lo era… —. Por cierto, gracias por decirlo con sutileza.
Había una nota de ironía en la voz adusta de su jefe. Eso la hizo sentir algo desanimada.
—No pregunté con intención de ofender o juzgar —comentó. Y lo decía en serio. No solo porque sabía muy bien que si ella fuera diferente, si tuviera un color de piel distinta, si tuviera el cabello rubio, querría ser una de esas mujeres que tanto parecían gustarle a su jefe.
—Sé que no lo hiciste, Johari. —Apoyó un brazo sobre la barra, tamborileando los dedos en la superficie mientras lo miraba—. Aunque siento la necesidad de decirte que tienes una percepción errónea sobre mis gustos. —Él alzó la mirada, encontrándose con s