ALEXANDRA PEMBERTON
Estos días habían sido una tortura; Lucca me había enviado mensajes y había llamado, pero yo intentaba evitarlo a toda costa, aunque hoy sería imposible hacerlo, porque estaba segura que asistiría a la gala y pensar en que tendría que verlo estaba acabando con mis nervios al mismo tiempo que mi ansiedad alcanzaba niveles estratosféricos.
En estos días había ido a trabajar de manera normal, pero me había costado mucho enfocar mi atención, porque lo único en mi mente era Lucca y por más que le daba vueltas a todo el asunto, no lograba decidirme y mi miedo no parecía disminuir.
Noah había tratado de distraerme del tema y por mi parte, durante el día mantenía mi sonrisa habitual fingiendo ante todos que las cosas en mi vida marchaban estupendamente, cuando en realidad palabras más adec