Suéltalo ya Leander, estoy seguro de que aprendió la lección — decidí no ver el estado de Royer, papi quiero hablar contigo ¿será que podemos ir al despacho o mejor vamos a tu habitación?
—me pareció extraño que mi hija quisiera subir a hablar a mi habitación, pero no dije nada y lo acompañe, al llegar vi a Kamila que observaba por la ventana —¡por fin le dieron su merecido a Royer no me gustó para nada cómo le gritó a mi hija!
—si mi amor, por un momento pensé que Sergio lo mataría… Hija, ¿de qué quieres hablar y por qué no quisiste hacerlo en el despacho? —no quería que Royer escuchara, me iré de viaje con Sergio un mes por el mundo.
—¿cuándo salen?
—en la madrugada, creo que estará aquí a eso de las 4 am, pero no quiero que Royer se entere —está bien hija, con esa pela que le acaba de darle Leander dudo de que se pueda parar de la cama por lo menos en una semana.
—yo te acompañaré a esperar a Sergio.
—está bien, debo decir que no podía salir de la impresión, cómo es posible que mi