Probablemente Logan metió chocolate a escondidas en mis armarios y repuso mis reservas antes de que se acabara. Era totalmente propio de él, y el calor nunca iba a ser un tema cómodo para nosotros.

—Princesa —dijo, bajando la voz—. Entiendo que quieras independencia, pero no puedo dártela si no conozco toda la historia. No puedo protegerte si no sé de qué te protejo. He hablado con Logan sobre cómo cuidarte y volveré a hablar con él si no me cuentas toda la historia. Y no es una amenaza. Es una promesa. No te arriesgaré. Mi lobo se volvería loco, y nadie en esta ciudad necesita eso.

Fue una de las cosas más razonables que me había dicho, aunque me frustraba que lo dijera.

—No puedes preguntarle a Logan por la historia. Lo atormenta más que a nadie —dije en voz baja, pasándome una mano por el pelo grasiento. Apenas noté el aceite—. Los tres éramos muy unidos. Logan, Simon y yo. Nos criaron como hermanos. Silas también, pero siempre era tranquilo. Artístico. Era reservado. También era m