Los ojos azules analizaron por unos segundos hasta que dejó ver una pequeña sonrisa ladina- ¿A qué estás jugando Amara?
A nada simplemente creí conveniente darte un regalo de bodas- Amara también le había mostrado una sonrisa, Alexander estaba a punto de expresar algo más cuándo escucho el quejido de lo que Amara traía en brazos.
Los latidos de su corazón se volvieron uniformes y más cuando vio que estiraba sus pequeñas manitos fuera de la manta.
¡Amara! - La voz del hombre había cambiado drásticamente.
Alexander - Amara habló con burla - No estás capacitado para ver a la niña, no cuando has ordenado que la extrajeran no mereces que te llame papá.
No juegues conmigo Amara - El hombre intento de acercarse, pero la mujer lo detuvo.
Mantén tu distancia ya puedes retirarte puedes ir a casarte con el amor de tu vida y continuar con la rutina.
Estás equivocada sí esa niña es mía.
Esta niña es tuya, pero no vas a estar cerca de ella.
No podrás impedirlo Amara.
Baja la voz - Amara l