CAPITULO 3

Capitulo 3

Sentí que me iba a desmayar, los recuerdos vinieron a mi cabeza de inmediato mientras la gente aplaudía feliz a los novios, Paola sabia que algo me pasaba, me tomo del brazo e intento sacarme de allí de inmediato , mientras subía a su automóvil destartalado ella me tomo de la mano -¿Que está pasando?- me preguntó mientras manejaba a gran velocidad hacia mi casa.

No pude responder, estaba completamente helada tenía miedo de decir algo que fuese imprudente, nadie sabia la verdad de mi pasado ni siquiera ella que era mi amiga, negué con la cabeza, había soñado muchas veces con el rostro de ese hombre, recordar que el suicidio de mi padre había sido su culpa.

  - No quiero hablar - le pedí que me llevará a casa, no me sentía en condiciones para ir al bar a trabajar, estaba muy nerviosa y llena de miedo solo la idea de pensar en que estuve cerca de ese hombre que tanto odie

Paola me repitió mil veces que debía llegar al bar, me enseñó su teléfono con varias llamadas perdidas de Marisol, pero en ese momento él trabajo no me importaba tenía un revuelto en el estomago.

Llegué y me encerré en la habitación, empece a llorar mirando las fotos de mi padre y nuestra familia feliz, el era un buen hombre que lo único que quería era crecer como empresario, tenía la fe que si tenía un socio adecuado el le ayudaría a convertirse en ese gran millonario que quiso siempre su padre, el era un hombre lleno de tantas ilusiones que me dejó de enseñanza siempre soñar así no vea el final del túnel, pero lamentablemente las cosas se complicaron cuando su socio empezó a sacarle evasivas sobre el dinero que el le había dado para la inversión, mi padre lo buscaba y este se negaba, llegó a sacarlo con sus escoltas de la empresa como si fuese un desconocido pero en ese momento mi padre entendio que había perdido el dinero.

En pocas semanas los bancos remataron todas nuestras cosas incluida su empresa, la misma que había levantado con tanto esfuerzo y que arriesgo con el fin de conseguir ese éxito añorado, al principio yo fui una niña caprichosa que no podía entender como mi padre había permitido que ese hombre nos dejara en la calle, hoy me lamento de mis palabras en esa época de crisis pero era una niña tonta que veía tras las comodidades la aceptación de mis amigos.

Ese día nunca lo voy a olvidar, se que la muerte de mi padre también fue en parte mi culpa y ese castigo lo cargaré siempre en mi memoria, el decidió presionado por mi rebeldía buscar a Lorenzo, no se que sucedió ese día pero mi papá llego con una botella de whisky en la mano, dejo unos cuantos billetes en la mesa, mi mamá intento hablar con el para saber que había sucedido pero el la ignoro y se encerro en su estudio.

Las dos nos quedamos perplejas, el siempre era un hombre con una sonrisa y una frase positiva para nosotras, veía el arcoiris tras la lluvia y siempre había admirado eso de el pero ese día era un hombre sombrio, había conocido una faceta nueva para mí, luego de horas de preocupación escuchamos ese fuerte ruido en su despacho, mamá y yo corrimos para ver el horror, mi padre se había suicidado usando un arma.

Las lágrimas salian de mis ojos sin poder controlarlas, recordar esa noche y las consecuencias de eso fueron terribles, mi mamá se sumió en la tristeza e intento quitarse la vída sin éxito varias veces por lo que tenía que pagarle a una vecina para que la cuidara, mis primeros trabajos fueron de mesera no ganaba suficiente para pagar las deudas que se acumulaban.

Una amiga supo de mi situación me sugirió trabajar en el bar, Marisol me aceptó de enseguida, y desde ese día deje de ser yo para volverme Salomé.

Tenía la manos heladas, necesitaba saber si el era conocido de mi príncipe, quizás un invitado y en el peor de los casos un familiar, no podía creer que un hombre lleno de bondad como José estuviera al lado de el.

Marisol me llamo hasta artarme, no quería responderle, estaba llena de rabia por lo que estaba pasando que no pensaba en nada más que mi pasado, olvide del cliente importante de Marisol y que me esperaba insesante.

Muy temprano fui al bar para dar la cara por mi responsabilidad, era la única manera que tenía de sobrevivir y no perder mi trabajo, no quería que Marisol en medio de la rabia me descontara más dinero, cuando llegue ella estaba con Leonel, los dos me miraron furiosos, en especial ella creo que quería matarme con la mirada.

  - Lamento lo que sucedió, tuve un inconveniente y no pude asistir - agache la cabeza algo que ya estaba acostumbrada a hacer desde hacía mucho tiempo.

Marisol me tomo del brazo y me enterró las uñas - Leonel es uno de los clientes más importantes de este país, lo que hiciste fue una desfallates ahora quiero que te disculpes con el - me jalo del brazo y me acerco a el.

  - Lo siento, como ya le dije estaba en algo muy importante - suspire intentando controlar las lágrimas mi noche no había Sido la mejor.

  - Tienes que recoger tus cosas y vete ya de mi bar, ya me estás empezando a traer problemas y no quiero que tus aires de la mejor pongan la sombra en este lugar - Marisol nunca había sido tan estricta con ninguna pero quizás me lo merecía así que accedí, camine hasta mi camerino pero antes de irme Leonel me agarro de la cintura.

  - si despides a Salomé no regresaré a este club, ella es lo único que me motiva a venir aquí, creo que sabes perfectamente Marisol que tú bar está quedando obsoleto así que tú decides si me quieres seguir teniendo como cliente frecuente y mi cuota mensual - Leonel pocas veces había hablado tan firme, sabíamos que era uno de los narcos más importantes del pais, su nombre daba miedo hasta los jueces de justicia que le permitían estar libre, para nosotras era un cliente más que a veces olvidabamos quién era en realidad.

Marisol abrió los ojos mientras le pedía excusas - Es solo una oportunidad Salomé - señalo a la puerta pero Leonel me pidió buen tiempo a solas.

  - ¿Que pasa contigo?- me tomo de las manos mientras me sentaba en una de las mesas, creo que vio mi rostro.

  - solo es que hay heridas del pasado que nunca van a sanar y cuando regresan es para hacerme más daño - lo abrace y llore, en ese momento él no era el gran capo solo era un hombro para sacar el dolor que tenía en mi pecho.

El me acaricio las mejillas cuando me separé avergonzada - Lo siento - había dejado mi maquillaje en su camisa.

El sonrió, mientras delineaba con sus dedos mi rostro detallando cada parte de mi, solo me quedé en silencio esperando que me dejara, no quería ser tan cercana a el pues tenía miedo que me hablara de el show privado que tanto insistía, nosotros teníamos una relación diferente que con los demás clientes, porque el me veía con unos ojos especiales pero saber a qué se dedicaba me hacía sentir diferente, no quería tener nada que ver con un narcotráficante, mi padre hablaba de su mundo delictivo con tanto miedo que eso era lo que Leonel en algunas ocasiones me inspiraba miedo.

 - No sé cuál es esa herida del pasado, pero te puedo asegurar que en algún momento va a sanar, aunque a veces tenemos que darle cierta ayuda para que cicatrice mas rápido - sonrió mientras yo me levantaba de su lado.

Sus palabras se me quedaron en la cabeza, era verdad yo nunca había visto esa posibilidad, hacer justicia por mi padre, era tan solo una joven de 20 años, una bailarina exótica sin mucho dinero pero tenía algo que ese hombre lleno de dinero no tenía y eran unas ganas insensatez de hacer justicia por un ser querido.

  - gracias - le dije a el mientras suspiraba con una sonrisa maliciosa, tenía que cobrarle a Lorenzo la muerte de mi padre o por lo menos desenmascararlo y que el mundo se diera cuenta que era el empresario exitosos del que hablaban

Leonel chasqueo los dedos sacándome de mis pensamientos, me dió un beso en la mano - me gustas y lo que quiero contigo es algo importante, te he dado tu espacio y tiempo pero si vuelves a dejarme plantado te juro que tomaré otras cartas, porque yo siempre logro lo que quiero - su amenaza en dejo helada, sus palabras en especial mientras salía, pensé que solo quería una noche pero como una vez me dijo mi padre si un hombre de estos se obsesionada con una mujer haría todo por tenerla como si se tratase de un artículo de colección.

Bebi un poco de agua, tenía que dejar en claro mis pensamientos, pero tenía una idea muy clara Lorenzo Manrique me iba a pagar la vida que me quitó.

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