MOMENTOS DE TENSION.
Nikolai termina de preparar la cena, poniendo música y vino en la mesa. Espera ansioso la llegada de Ángela, pero la noche avanza y no hay señales de ella. Comienza a sentirse intranquilo y decide llamarla.
— ¡Contesta, Ángela! —dice Nikolai, frustrado, mientras marca su número por segunda vez.
El teléfono se va directamente al buzón de voz.
— ¿Dónde estás, Ángela? —se pregunta Nikolai, empezando a desesperarse.
Decide llamar al conductor que la llevó a la florería.
— ¡Si! —contesta el conductor.
— ¡Hola! ¿Sabes algo de Ángela? —pregunta Nikolai.
— Disculpe, señor Nikolai —dice el conductor—. Me olvidé por completo de lo que estaba pasando. La señora Ángela tuvo un accidente.
Nikolai se pone frenético.
— ¿Qué?! ¿Cómo qué accidente?! ¿Dónde está?! —exclama.
— Están en el hospital del pueblo, señor —responde el conductor.
Nikolai no pierde un segundo.
— Ya voy para allá —dice, y cuelga la llamada.
Salta al coche y conduce directamente hacia el hospital, un camino de casi una hora. Su co