Mientras me alejaba con Ilán de la iglesia, no tenía idea de la dramática escena que se desarrollaba en el interior del recinto sagrado. Fue mucho después, en una conversación inesperada con Roberto, el fotógrafo de la boda, cuando terminé por descubrir lo que había sucedido aquella tarde. Entre fotografías, videos y muchas palabras, me permitió reconstruir lo que ocurrió tras nuestra partida. Aunque nunca estuve allí para vivirlo de primera mano, las evidencias y su relato me hicieron sentir como si lo estuviera reviviendo paso a paso.
Según Roberto, aquella escena comenzó justo cuando nuestro auto se alejaba. Amaya se quedó inmóvil frente a la iglesia, mirando con una mezcla de furia y frustración cómo nos íbamos. Puedo imaginar perfectamente su rostro desencajado, ese que me resultaba tan conocido, y cómo clavaba la mirada en la distanci