~Analía~
La idea de que le pasara algo a Alejandro no me ha dejado tranquila, ya me dieron salida del hospital, sin embargo, regresé porque quiero estar para cuando despierte, Manuel me ha dejado quedarme, está preocupado, y lo entiendo, su hijo lo es todo. No entiendo por qué me preocupa tanto, por qué siento esa presión en el pecho que me hace querer estar a su lado cuando pienso que puede pasarle algo malo, tal vez, me encariñé demasiado por su manera de ser tan noble.
—Gracias por venir, tengo los nervios de punta. Mi padre no pudo venir por su enfermedad, no se ha sentido bien —Manuel rompe el silencio—. Gracias, de verdad.
—Tienes un hijo increíble, por supuesto que vendría, además, no puedes estar solo.
—No eres tan mala como dice mi hermano.
Soltamos una carcajada.
—¿Ya le dijiste lo que está pasando?
—Sí, quedó de venir.
Me queda viendo con una pequeña sonrisa.
—No hubiera podido yo solo, he criado a Alejandro, pero el que estés aquí me hace sentir mejor, no me gustan los hos