~Analía~
—¿De verdad piensas ir a la fogata? Tú nunca vas, dices que es aburrido.
Insisto, mirando a Alex. No he dejado de quejarme en todo el camino porque él va. Quería un momento a solas, veo que no se puede.
—¿Podrías callarte, Analía? Ya no te soporto.
—¿Por qué no me callas tú?
Lo reto, me mira con una sonrisa retadora, y solo niega con su cabeza.
—Dejen de discutir, si tienen ganas de coger se pueden bajar.
Habla Fabián, sin mirarnos.
—¿Acaso ustedes dos tienen algo?
Esta vez la que habla en un tono interrogativo es Sabrina.
—¡No!
Alex y yo hablamos en unísono.
—Parece que sí, llevamos la mitad del camino y no han dejado de discutir.
Insiste Fabián.
—Hasta yo estoy por creer que sí tienen algo —Sam sigue conduciendo—. Podrían tener sexo intenso en el lago, pero no aquí.
¿Es mi amiga o mi enemiga?
—¿Sabes que me encantaría que una fuerza sobrenatural te cortara la lengua? Me estresa tu voz.
Alex aprieta mi pierna.
—Créeme, te la cortaría a ti primero. La vida está harta