~Analía~
Me quedo viendo desde lejos a mi madre, hace tanto que no la veía que se me rompe el corazón verla tan mal, el barrio donde vive es el peor de la ciudad, prácticamente es un barrio marginado.
—Te he extrañado tanto, madre.
Susurro para mí sola.
Noto que deja caer las cajas que lleva, y corro a ayudarla, no creo que me reconozca si Mariana no lo hizo.
—Yo la ayudo.
Empiezo a recoger las cajas, sintiendo mi corazón latir con rapidez y el nudo en la garganta, quiero abrazarla. Mis manos rozan con las suyas y siento lo rústica que están, debe ser por todo lo que hace.
—Muchas gracias, las cajas están muy pesadas, casi no podía con ellas —me sonríe—. Qué amable eres.
—¿Necesita que se las lleve a su casa? Puedo hacerlo.
No deja de verme y de ponerme más nerviosa de lo que ya estoy.
—¿Te he visto antes? —inquiere, mirándome—. Tus ojos me recuerdan a… mi hija que falleció.
Sus últimas palabras hacen que quiera romper a llorar.
—Soy nueva en la ciudad. ¿De qué falleció su hija?
«Ten