Carlo se puso encima mía aunque trate de evitarlo poniendo mis manos en su pecho para apartarlo, abrió mis piernas a la fuerza con sus rodillas, cogiendo mis brazos y poniéndolos encima de mi cabeza
— Estate quieta fiera, ahora seras mia, quieras o no, estamos solos — me dijo
— Déjame en paz o te denuncio a los carabineros, cabrón — le grité intentando soltarme su agarre
— ¿Qué pasa aquí Carlo? ¿qué crees que estás haciendo con ella? sal de aquí ahora mismo — le grito mi antiguo jefe, que en ese momento entraba en su despacho
— No creas que he acabado contigo, zorra — me dijo Carlo antes de marcharse de allí
— Gracias jefe, si no llega a entrar, no se que me hubiera hecho ese desgraciado conmigo — le dije
— Vete antes de que Carlo llame a tu marido, que me supongo que ya estara hablando con él por telefono — me dijo
Me marche del despacho, pero si o si tenía que pasar por el Club para salir a la calle, cuando ya estaba llegando a la entrada, unos brazos rodearon mi cintura, para